Por Amanda Quintero (@amandaisabel87)
De vez en cuando una se topa con una de esas pelis que son sólo para mujeres y las deja –y no hablo de eufemismos para obras de cuarentonas que pagan por ver nudistas-. Van desde Legalmente Rubia hasta La Sonrisa de la Mona Lisa, cada una con su encanto particular. Anoche fue el turno de La Duquesa.
Siempre me repito que el cine es la versión moderna de la literatura, y que si bien es entretenimiento no deja de evocar reflexiones sutiles que hoy he decidido no pasar desapercibidas. La historia cuenta de la escandalosa vida de la Duquesa de Devonshire durante el siglo XVIII en, lo que para el momento era la capital del mundo, Londres. Más allá de la trama y el drama, tres contrastes con la vida actual de la mujer occidental –nuestra maravillosa realidad- quedaron de manifiesto:
- Elección del marido: hace menos de dos siglos las mujeres eran vendidas, negociadas e intercambiadas en matrimonio, sin mencionar que quedaban necesariamente atadas financieramente a él… «a su merced, mi Señor». ¡¿Te imaginas?! ¿A quién hubiesen elegido tus papás? ¿Estarías ya casada?… Piensa en tu trabajo/carrera ¿Te habría dejado continuarla?
- Responsabilidad del sexo de los hijos: esto aplicaba más para los nobles, y aún tiene profundas raíces en nuestra sociedad, pero ¿te imaginas un mundo en el que no se supiese que el cromosoma XX o XY lo pone él? Incontables mujeres fueron maltratadas por «no poder concebir un varón» ¡Imagina! ¿Cuántos bebés tendrías hoy buscando al heredero?
- Formas de expresión: la peli tiene una frase súper fuerte en la que ella, Keira Knightley, le dice a su esposo «ustedes tienen tantas formas de expresarse: política, deportes, artes… nosotras debemos hacerlo a través de vestidos y sombreros» ¡Qué fuerte! Piensa por un momento en tus hobbies ¿cuáles crees que podrías practicar? ¿Podrías irte sola de viaje? ¿Qué sería de ti sin tus charlas de política, tu libertad a protestar, al voto, a ponerte pantalón si te da la gana?
Creo que lo que quiero decir es que a veces subestimamos nuestra oportunidad de ser económicamente independientes, de poder optar por la educación que queramos, de poder vestirnos y maquillarnos como dicten nuestras preferencias y que nuestro catálogo de amor o lujuria está completamente a nuestra disposición. Quiero recordarnos por un momento que nunca en todos los años de historia la mujer había tenido tantas libertades. ¡Vívelas con pasión!
Pero después de todo es un buen síntoma ¿no?
«Hay mujeres en el espacio y el verdadero síntoma de progreso es que a nadie le importa» -Tina Fey, Saturday Night Life